jueves, 12 de diciembre de 2013

FRACTURAS



FRACTURA
Una fractura es la pérdida de continuidad normal de la sustancia ósea o cartilaginosa. La fractura es una discontinuidad en los huesos, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades superen la elasticidad del hueso. El término es extensivo para todo tipo de roturas de los huesos, desde aquellas en que el hueso se destruye amplia y evidentemente, hasta aquellas lesiones muy pequeñas e incluso microscópicas.
FACTORES DE RIESGO
En general, la fractura se produce por la aplicación de una fuerza sobre el hueso, que supera su resistencia elástica, en cuanto al mecanismo de aplicación de dicha fuerza sobre el foco de la fractura, podemos clasificarlas:
Por traumatismo directo, en las cuales el foco de fractura ha sido producido por un golpe directo cuya energía se transmite directamente por la piel y las partes blandas. Por ejemplo, el golpe de un martillo sobre un dedo, fracturando la falange correspondiente. En esta misma clasificación se encuentran las fracturas producidas como consecuencia de una caída, en las cuales el hueso es el medio de transmisión de la acción de la fuerza y el suelo u otro elemento contundente es el elemento que reacciona, superando la resistencia ósea.
Por traumatismo indirecto, en las cuales el punto de aplicación de la fuerza está alejado del foco de fractura. En este caso, las fuerzas aplicadas tienden a torcer o angular el hueso. Por ejemplo, la caída de un esquiador, con rotación de la pierna, produce una fractura a nivel medio de la tibia y el peroné, estando las fuerzas aplicada a nivel del pie fijo y de todo el cuerpo en rotación y caída.
Si la fuerza es aplicada paralelamente al eje de resistencia habitual del hueso, como lo que ocurre en las caídas de altura de pie sobre las vértebras, resultando en una compresión del hueso, acortándolo, se denominan fractura por aplastamiento.
Si la fuerza es aplicada sobre un punto de sujeción de estructuras tendoligamentosas, desgarrando un trozo del hueso, se denomina fractura por arrancamiento.
Por fatiga, también denominadas espontáneas, son aquellas en que la fuerza es aplicada en forma prolongada e intermitente en el tiempo. Por ejemplo, la fractura de marcha que se produce en algunos atletas o reclutas del ejército, que se produce en el pie (a nivel del segundo metatarsiano)


TRATAMIENTO  MEDICO
Se hace una incisión sobre el hueso fracturado, mientras el paciente se encuentra sin sentir dolor (bajo anestesia general o local). Se coloca el hueso en la posición correcta y se fijan los tornillos, clavos o placas al hueso o dentro de éste, ya sea de forma temporal o permanente. Se ligan o cauterizan los vasos sanguíneos que se hayan lesionado. Si un examen de la fractura muestra que se ha perdido parte del hueso como resultado de la fractura, especialmente si hay un espacio entre los extremos quebrados, el cirujano puede decidir que es necesario hacer un injerto de hueso para evitar que se retarde el proceso de consolidación.

Si el injerto no es necesario, la reparación de la fractura puede hacerse a través de uno de los siguientes métodos:
a) se atraviesa la fractura con uno o más tornillos para sostenerla;
b) se coloca una placa de acero con tornillos insertados en el hueso;
c) se introduce un clavo de metal acanalado con huecos por uno de los extremos, a lo largo del hueso y luego se pasan los tornillos atravesando el hueso y el hueco del clavo. En algunos casos, es necesario hacer una reparación microquirúrgica de los vasos sanguíneos y de los nervios después de este tipo de estabilización. Luego, se sutura la incisión de la piel en la forma usual.
TRATAMIENTO POSOPERATORIO

La ventaja de la fijación interna es que permite, por lo general, la movilización temprana y una consolidación más rápida del hueso. No es necesario ni recomendable, por motivo alguno, retirar el aparato de fijación interna, a menos que cause problemas. El pronóstico a largo plazo es excelente. El tiempo de permanencia en el hospital depende de diversos factores tales como la condición del hueso, la presencia de infección, el estado de irrigación sanguínea y nerviosa y la presencia de otras lesiones. Los huesos de los niños se consolidan rápidamente, por lo general, en seis semanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario